martes, 27 de febrero de 2018

Terremoto Papúa Nueva Guinea











El seismo de 7,9 grados de magnitud se registró a una profundidad de 35 kilómetros y con epicentro a unos 90 kilómetros al sur de Porgera, en la provincia de Enga, según el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS, por sus siglas en inglés).

Al terremoto le sucedieron varias réplicas de hasta magnitud 6.

Un equipo del gobierno sobrevolará este martes la zona para conocer mejor el impacto del desastre natural, debido a la escarpada orografía de la región y a la dificultad de acceso por tierra.

 En las zonas más afectadas se ha informado de cortes de luz y las comunicaciones telefónicas no están disponibles y también se han producido daños considerables en propiedades e infraestructuras.


Afectados

La Policía advierte de que hasta 400.000 personas de cuatro provincias se han podido ver afectadas por el movimiento telúrico, que sorprendió a la región la madrugada del lunes.
Al menos 31 personas han perdido la vida en el montañoso interior de Papúa Nueva Guinea y unas 300 resultaron heridas a raíz de avalanchas provocadas este lunes por varios terremotos.


 Localización

Los terremotos son comunes en Papúa Nueva Guinea, que se encuentra en el llamado Anillo de Fuego del Pacífico, un punto de acceso para la actividad sísmica debido a la fricción entre las placas tectónicas.



martes, 6 de febrero de 2018

Desastre en la charca de Medellín.

El 24 de Octubre de 2016, un grupo de pescadores denunciaron el hallazgo de cientos de peces muertos en la charca de pesca deportiva situada en Medellín.

Se observó como muchos peces subían a la orilla buscando oxígeno. La situación empeoró por la tarde, encontrando grandes carpas muertas en la orilla.

Al mismo tiempo, el agua comenzó a tomar un color extraño, como rojizo, y se extendió un olor a huevo podrido. Al día siguiente, la orilla amaneció repleta de cadáveres de peces.

Al ser fin de semana,la comunicación con el Seprona o la Guardia Civil no fue fácil por lo que los propios pescadores trataron de solucionar el problema conectando varias bombas para pasar agua del río a la charca. De esta forma se oxigenaba de nuevo la charca. Sin embargo, el Seprona se opuso a esta actuación ya que debería haber sido autorizada y realizada por profesionales.
Por lo tanto, desistieron. 

Por miedo a que fuera una contaminación tóxica, en lugar de retirar a los animales de la charca, se tomó una muestra del agua para analizarla.